El Salat

um muhammad al-mahdi

لا اله الا الله محمد رسول الله
Staff member
El salat​

El Salat es la 'Ibada —o acto en el que se reconoce la absoluta soberanía de Al-lâh— más importante, pues como mínimo se hace cinco veces al día. Consiste en gestos, recitaciones y una actitud especial en momentos determinados. La etimología de la palabra nos enseña que significa en primer lugar "abrasarse, desvanecerse,...en la Unidad de Al-lâh". Con el Salat, el musulmán se extingue en la Presencia de su Señor, se diluye dejándole "paso". Sus movimientos simbolizan su absoluta rendición ante quien lo rige, su recitación es convertirse en simple traductor de la Palabra de Al-lâh, su actitud es la de entrega a su Verdadero Señor. Con el Salat, lo Eterno, lo Esencial, se manifiesta, y lo efímero, lo contingente, desaparece absorvido en el Uno que todo lo contiene. El Salat es un acto de extrema radicalidad: es el instante en el que todos los ídolos son derrumbados, el momento en el que al aparecer lo verdadero, lo falso huye. En el Salat hay autenticidad; es cuando el musulmán se vuelve hacia Al-lâh y es transportado por El, transfigurado completamente, y se reconoce y reconoce al Dueño de los Mundos.

El Salat es la soledad de Al-lâh, en el Salat Al-lâh se muestra como Singular, ajeno a todas las quimeras, despojado de todas las fantasías humanas, y se muestra a Sí mismo extinguiéndolo todo, consumiéndolo todo, doblegándolo todo. Cuando ya no hay nada, cuando el musulmán se postra finalmente, Al-lâh aparece como Soberano, como lo es en Su Realidad, y cuanto existe brilla bajo Su Resplandor. Y el Salat es el instante también en el que el ser humano proclama su califato, su soberanía, pues con su 'Ibada se desembaraza de lo que lo confundía, de lo que lo engañaba y esclavizaba: al contemplar la Unidad de Al-lâh, sus ídolos caen, sus mentiras se disipan, y ahora es la clarividencia la que ocupa el lugar de la insensatez. Rindiéndose ante su Señor, desenmascara a los dioses, los denuncia, los aniquila con una mirada fulminadora. Al igual que Al-lâh, en el Salat aparece el ser humano en su verdadera dimensión. Al igual que Al-lâh que con el Salat hace desvanecerse todo lo falso, todo lo que no es El, el hombre se alza y barre lo que era confuso y se sumerge en el océano de la Grandeza. Por ser un acto de tan alta trascendencia y sus efectos tan radicales, no puede iniciarse brúscamente: antes es necesaria la Tahara, despojarse de todo lo que pudiera empañarlo. Por ello han sido prescritas las abluciones.
Valor del Adzán

El Adzán es la llamada con la que se convoca al Salat, y el que la realiza es llamado Muádzdzin. Rasulullah (s.a.s) ha dicho:
"Hay tres hombres que el Yáwm al-Qiyama, cuando resurjamos después de la muerte, aparecerán sobre una colina de almizcle negro (o almizcle oscuro, el más oloroso y preciado), y no temerán cuando a los hombres Al-lâh les exija cuentas, el momento en que todos los hombres sentirán terror: el hombre que recite el Corán sin otro deseo que agradar a Al-lâh y sirva de Imam a las gentes y las gentes estén complacidas con él, y el hombre que proclame el Adzán en una mezquita invitando a las gentes a Al-lâh, y el hombre al que se haya puesto a prueba concediéndosele riquezas y las riquezas no lo hayan hecho desatento".
Y también dijo:
"No escuchan la llamada del Muádzdzin ni hombre ni genio, ni ninguna otra cosa, sin que tengan que dar testimonio a su favor el Yáwm al-Qiyama", es decir, todo aquello a lo que llegue la voz del Muádzdzin hablará a su favor ante Al-lâh. Y también dijo: "La Mano del Rahmán está sobre la cabeza del Muádzdzin desde que comienza hasta que acaba el Adzán".
Y se ha dicho acerca de las Palabras del Corán, "¿Quién dice algo mejor que el que convoca a las gentes hacia Al-lâh y obra rectamente?" que se refieren a los Muádzdzinin. Y Rasulullah (s.a.s.) dijo:
"Cuando escuchéis la LLamada, repetid las palabras que pronuncia el Muádzdzin",
y así es recomendable (mustahabb) para todo el que las oiga, salvo las dos "háyyas" en cuyo lugar dirá: "La háwla wa la qúwwata illa billlah". Y al acabar de oir el Adzán, la Sunna enseña que debe hacerse el siguiente Du'á:
"Alláhumma rábba hádihi d-dá'wati t-támmati was sAllahti l-qáimati áti Muhámmadan il-wasílata wal fadílata wad dárayata r-rafí'ata wa b'ázhu l-maqáma l-mahmúda l-ladi wa'ádtah, ínnaka la tújlifu l-mi'ád",
que quiere decir:
"Al-lâhumma, Señor de esta LLamada Perfecta y del Salat establecido, concede a Muhammad el Medio, el Bien y el Grado elevado, y hazlo aparecer en el Rango Elogiado que le has prometido, y ciértamente Tú no traicionas tu Palabra".
El Sahabi Sa'id ibn al-Musib dijo: "Quien haga el Salat en una tierra desierta, a su derecha se coloca un Málak y a su izquierda se coloca un Málak y él hace de Imam para ellos; y si además, antes de empezar el Salat, proclama el Adzán y la Iqama, hacen el Salat detrás de él MAllahikas semejantes a montañas".
Valor de los cinco Salawat prescritos (o Maktubas)
Al-lâh dice en el Corán:
"El Salat, para los múminin, es una prescripción determinada para ciertos momentos".
Rasulullah (s.a.s.) dijo:
"Hay cinco Salawat que Al-lâh ha prescrito para los hombres. Quien los cumpla con la atención que requieren sin faltar a ninguno de sus pilares obtiene la promesa de Al-lâh de hacerle entrar en el Jardín. Quien no los cumpla no tiene ninguna promesa de Al-lâh: si quiere lo atormentará y si quiere lo hará entrar en el Jardín".

Y también dijo:
"Los cinco Salawat son como un río que pasara por delante de la puerta de vuestras casas y en el que os bañárais cada día cinco veces, ¿quedaría algún resto de suciedad (idolatría) en vosotros?. Los cinco Salawat hacen desaparecer vuestros Dzunub (faltas) como el agua elimina la suciedad".

Y también dijo:
"Los Salawat os evitan el mal de los Dzunub que cometáis entre ellos mientras os apartéis de los grandes Haram". Y dijo: "Quien se encuentre con Al-lâh (después de la muerte) habiendo desperdiciado la ocasión de los Salawat, encontrará que Al-lâh no dará valor al resto de sus acciones por meritorias que sean".

Y dijo:
"El Salat es la columna del Islam, quien lo abandone derriba el Din". En cierta ocasión, le preguntaron: "¿Cuál es el mejor acto que puede llevar a cabo un hombre?", y él (s.a.s.) respondió: "El Salat en su momento".

Y dijo:
"Quien persevere en el cumplimiento de los Cinco vigilando rigurosamente el wudu que los precede y sus momentos, verá -cuando esté junto a Al-lâh- que son Luz que lo rodea y lo protege, y serán un argumento a su favor el Yáwm al-Qiyama; y quien los descuide se verá aparecer ante Al-lâh entre Faraón y Hamán (los que están privados de todo bien)".

Y también dijo:
"La llave del Jardín es el Salat".
Y dijo:
"Nada hay más amable para Al-lâh, después de la proclamación del Tawhid (la Shahada) que el Salat, pues si lo hubiera lo habría impuesto a los MAllahika, pero los MAllahika está o bien inclinados, o bien postrados, o bien erguidos, o bien sentados (las posiciones del Salat)".

Y dijo:
"Quien abandone la práctica del Salat a propósito debiera ser contado entre el número de los káfirs",...es decir, a punto está de desaparecer de él todo vestigio de Imán. Y también dijo: "Quien abandone a propósito el Salat queda fuera de la garantía ante Al-lâh que ofrece Muhammad".

Y dijo:
"Lo primero que Al-lâh tendrá en cuenta es el Salat de cada uno de vosotros". Abu Bakr decía: "Cuando escuchéis el Adzán, levantáos para apagar con el Salat el Fuego que habéis encendido (y que os aguarda)".
 
Top